Tailandia es la puerta de entrada al continente asiático. No es para menos: se trata de unos de los países más completos para viajar por primera vez fuera de nuestras fronteras. Sus atractivos son variados: naturaleza, ciudades frenéticas, una capital internacional y sí, unas de las mejores playas del mundo.
¿Vas a viajar a Tailandia próximamente? Toma nota de los principales consejos que deberás tener en cuenta para que disfrutes de tu viaje incluso antes de poner rumbo al sudeste asiático.
Menos es más, siempre
Los viajes a Tailandia pueden ser muy diversos puesto que el país alberga millones de atractivos que ver en una primera visita. Ya sólo en templos se pueden invertir días e incluso semanas si queremos conocer los más importantes.
¿Tiene sentido verlos todos? Pues está claro que no, a menos que tu único interés sea el de adentrarte en la historia y entresijos de la religión budista, predominante en Tailandia. Selecciona cuáles te hará más ilusión conocer (por importancia, tamaño, estética o historia) e interioriza la máxima de que menos siempre es más.
Aplicará también a otros lugares y actividades del país: no necesitarás realizar todas las actividades al aire libre y de naturaleza posibles ni explorar todas las islas de playas paradisíacas existentes.
Simplemente, será imposible. Así que relájate, déjate asesorar por un buen experto de agencia de viajes y maravíllate de los tesoros de Tailandia sin necesidad de completar listas interminables que te provocarán más estrés que otra cosa.
El tiempo: ¿Viajar en monzón?
Sí, lo sabemos. Todavía somos muchos los que sólo podemos viajar durante las vacaciones de verano. Justamente, los meses de julio y agosto constituyen el periodo central del temido monzón, la época de fuertes lluvias que afecta al sudeste asiático.
¿Debo descartar viajar a Tailandia por querer ir en los meses de monzón? Nuestra respuesta es clara: No, no debes descartarlo. Lo habrás oído mucho, y lamentablemente debemos repetirlo: el cambio climático está alterando notablemente a la meteorología y, como comúnmente se suele decir, el tiempo está loco.
Como cualquier país tropical, en Tailandia las lluvias torrenciales pueden hacer acto de presencia sea cual sea la temporada del año. Son intensas y (suelen ser) breves, apareciendo sobre todo en las últimas horas de la tarde.
¿Arruina un viaje una tormenta a las seis de la tarde? Pues en la mayoría de los casos te diremos que no, siendo además una hora en la que el Sol ya se pone. Además, verás como para los tailandeses nada se detiene con la llegada de la lluvia, lo que te enseñará a integrarla en tu día a día y, quién sabe, quizás te sirva de enseñanza para tu vida a tu regreso.
No te excedas con el equipaje
Afortunadamente, si llegas desde Occidente la economía tailandesa te parecerá asequible, sea cual sea el presupuesto con el que viajas a Tailandia. La comida es de lo más comentado, pudiendo almorzar o cenar por pocos euros por persona fácilmente.
Lo mismo ocurre con la ropa: Tailandia es también el país de los mercados al aire libre donde, además de emplazarse puestos de comida callejera, existen muchísimas opciones para adquirir prendas por muy pocos baths.
¡No podrás viajar a Tailandia e irte sin los tan característicos pantalones de elefantes! Si no sabes de cuáles te hablamos, faltará con que te fijes durante los primeros días en los puestos de ropa a la entrada en los templos.
Y es que tanto hombres como mujeres deberán llevar oculta la práctica totalidad de las piernas para acceder a edificios religiosos… y aunque intentes a veces hacer el apaño con tu propia ropa, el personal de seguridad te acabará recomendando encarecidamente que te hagas con unos.
Por supuesto, existen también calles comerciales y centros en los que las imitaciones de marcas están a la orden del día. De hecho, son bastante famosas las imitaciones tailandesas, algunas más logradas que otras. Así pues, si tu idea es darte un capricho, que sepas que podrás hacerlo a un precio mucho menor que el de tu país.
¿Conclusión? En los viajes a Tailandia más vale que lleves la maleta medio vacía a la ida para, por un lado, viajar más ligero y, segundo, poder adquirir allí todo lo que desees a un precio mucho más ventajoso para ti.
Única premisa: Disfruta
Tailandia es un país divertido. Un tanto loco, también caótico, a veces incomprensible. Pero si hay algo que seguro te llevas a tu vuelta, es la diversión y las aventuras de un destino turístico que lo tiene todo.
Como en cualquier viaje a otra cultura diferente a la nuestra, lo principal es despojarse de tabús y fluir con mentalidad muy abierta. En la práctica, todas las personas buscamos lo mismo, con independencia de nuestro origen: estar en paz y disfrutar del camino. Cada quién con sus particularidades, eso sí.
Aprenderás de sus sonrisas y del eterno agradecimiento con gesto de manos entrelazadas. Ese ‘kapunká’ con alargamiento de la última vocal que tanto te repetirán y que integrarás rápidamente en el trato con locales.
Degustarás pad thais deliciosos y cuando decidas tomarte un respiro y refrescarte de la humedad con una cerveza Chang en tus manos… Ay, ¡Cómo disfrutarás de ese trago frío en un tórrido día tailandés! ¿Hace falta que hablemos de los masajes a precios muy pero que muy populares?
Disfruta el camino, todos los días del viaje, porque será único. Podrás regresar a Tailandia (de hecho, seguramente te queden ganas de volver a viajar a Tailandia de nuevo) pero ya será diferente, ni mejor ni peor, pero distinto.
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