Eslovenia encierra muchos rincones dignos de los mejores halagos. Entre ellos se encuentra el Lago Bled, a los pies de los Alpes Julianos (zona de los Alpes que toca la República de Eslovenia), y próximo al Parque Nacional de Triglav.
Además de la belleza de su entorno, el lago alberga una pequeña isla en la que, tras un breve paseo en una barca de recreo, se puede visitar la Iglesia de la Asunción.
Junto a la orilla del lago de Bled, y en un acantilado de 130 metros de altura, domina el horizonte el Castillo de Bled.
Dice la tradición que en el siglo XVI una joven mujer que vivía en el Castillo de Bled perdió a su marido, asesinado por unos ladrones que tiraron su cuerpo al lago. La joven viuda acudía todos los días a la capilla de la Iglesia de la Asunción para rezar por su marido. Fue tal su devoción por esta iglesia que fundió sus joyas para fabricar una campana que colocar en lo alto de su campanario. La barca que la transportaba para trasladarla a la isla volcó por una fuerte tormenta y la campana se hundió en el lago. Cuando la viuda murió, bajo los auspicios del Papa, se hizo otra campana en Padua que se instaló en la Iglesia barroca de la Asunción, y de la cual se dice que concede los deseos de quienes la hagan repicar. Según dice la leyenda, es posible oír a veces el tañido de la primera campana desde la profundidad del lago en recuerdo del trágico accidente que allí sucedió en el que, además de hundirse la campana original, algunos hombres perdieron la vida.
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