Salir por la noche en Madrid justifica de sobra un viaje de fin de semana a la capital de España. La falta de playa parece relegarla como destino cultural o de negocios, y no tanto de ocio, como su competidora Barcelona. Sin embargo, la capital tiene un enorme abanico de posibilidades para el esparcimiento, sobre todo el nocturno.
Cualquiera que se anime a dedicar un par de noches a la capital madrileña y se deje arrastrar en el torrente de personas que inundan las calles, descubrirá un ambiente desenfadado, una cierta cultura de la juerga (en ocasiones bohemia y otras muy “castiza”) y un buen número de locales de excelente nivel.
Lo bueno de Madrid y su oferta de ocio nocturno es que, si se tiene paciencia y se dedica tiempo a investigar (o a leer este post) se puede encontrar oferta de máxima calidad para todos los gustos. Locales míticos, que nos lo harán pasar bien aunque no queramos, gente de todos los estilos, tradiciones curiosas como cenar tapeando y una programación musical excelente.
Empecemos por las zonas de marcha. En Madrid no hay una única área en la que se congreguen los bares y discotecas sino que los locales se reparten por toda la ciudad. En los barrios del centro las más populares son. Gran Vía, Puerta del sol – Madrid de los Austrias, La Latina, Huertas – Santa Ana, Malasaña y Alonso Martínez y Chueca. Pasear por las estrechas calles del centro de bar a bar es un aliciente más ya que el marco histórico y monumental en el que se encuentran muchos de los locales es magnífico. !Ah!, en Madrid no se está mucho rato en los bares, si no que hay tradición de cambiar a menudo de registro e ir de un lado a otro.
Un poco más alejados de la zona histórica también encontramos las zonas de Arguelles y Moncloa, Castellana, Avenida del Brasil, Orense o República Argentina. Aunque evidentemente hay gustos para todos los colores, y en estas zonas también hay buenos locales, si se quiere vivir una experiencia genuina será mejor quedarse en el centro.
Una noche madrileña puede empezar perfectamente tomando cañas y cenando de tapas por las zonas de La Latina y Huertas. Como es tradición en Madrid, si se consumen bebidas las tapas (para sorpresa de los turistas) son gratis en muchos lugares así que la cena puede salir “gratis”. No tener complejos y probar todas. Probablemente no son los alimentos más saludables, pero sí serán sabrosos y además la combinación de la tapa con una caña o un chato de vino, nos preparan perfectamente para la noche que acaba de comenzar.
Tras las “cervecitas” (o lo que cada uno prefiera) iniciales nos dirigiremos a la zona o local que más se adapte a nuestro estilo. Aunque es imposible hacer una recomendación general (puesto que esta dependería de los gustos de cada lector) nos arriesgamos a nombrar algunos locales en los que el que escribe ha pasado muy buenos ratos y que en muchos casos tienen una larga tradición y un nombre de prestigio dentro de la esfera nocturna madrileña.
Para aquellos que les guste el Jazz, el Bogui, en la calle Barquillo es un buen lugar en el que disfrutar de la buena música y evitar el “garrafón”. Si se prefiere la música rock o pop en directo algunas buenas opciones son La sala el Sol, el Moby Dick o la Riviera, las dos últimas algo alejadas del centro.
Si se quiere tener una noche más tranquilo, la ciudad cuenta con un buen puñado de cafés con encanto. Entre los miles que hay mi favorito sin duda es el Café Belén en el número 5 de la calle del mismo nombre (Chueca).
Madrid tiene también estupendas coctelerías. Una de las mejores, sino la mejor, es el Cock en la calle de la Reina. Otra magnífica opción es el mítico Museo Chicote en Gran vía, que ha sido considerado en algunas listas como el mejor bar del mundo.
Si la noche se va entonando y se quiere ir a bailar a algún club de música electrónica en el área de Gran Vía se puede ir al Demode (calle de la Ballesta 7) y posteriormente dirigirse al Mondo (Arlaban).
Si se quiere algo más sofisticado o un sitio en el que se pueda ver al “famoseo” local, Fortuny (que es también un restaurante) o la Joy eslava son nombres clásicos que ofrecen un estilo diferente.
Para los valientes que quieran proseguir la noche más allá de los seis o siete de la mañana, será mejor estar atentos a los que reparten flyers para los “after hours” en las puertas a la salida de los clubs. Como normalmente no tienen licencia de apertura los “afters” cambian constantemente de lugar pero siempre están presentes. En ellos la fiesta continúa con el mismo buen rollo que en los bares y clubs, eso sí, el que vaya tiene que ser consciente que el ambiente estará más cargado y la clientela, en muchos casos, especialmente animada por todo tipo de sustancias.
Llegados a este punto, e incluso mucho antes, sería un buen momento de irse a la cama sin sentirnos culpables y habiendo pasado una noche memorable. Sin embargo, los que tengan energías aún podrán ir a desayunar un buen café con leche y churros. Aunque parezca increíble siempre se encontrará gente en Madrid que continúa la fiesta y que no tienen pensado irse a dormir.
El concepto de salir de copas en Madrid tiene además otra variante sobre otras ciudades. Normalmente al día siguiente, en lugar de dormir y pasar la resaca como uno buenamente puede, los noctámbulos madrileños (y los visitantes) se levantan relativamente pronto y se marchan a la Latina de cañas a medio día. Si hay sol y la temperatura es agradable la gente se congrega en la calle y celebran esta segunda convocatoria para la diversión que ofrece el fin de semana madrileño.
- Si además se quiere ir a un concierto, al teatro o al cine consultar la Guía del Ocio.
- Para los amantes de la música electrónica, consultar Clubbingspain.