Trineo es palabra de infancia. Tal vez por eso, cuando uno se sube a un trineo ya de mayor, y baja a toda velocidad, casi volando sobre un blanco inacabable, gritando y riendo a intervalos variables, se desdibujan un par de arrugas de su cara (sobre todo las del entrecejo).
Uno de los mejores lugares para experimentar esta sensación, con el trineo o con cualquier deporte de nieve (esquiar, snowboard), son los Alpes suizos. Allí se pueden encontrar pistas reservadas en las que bajar en trineo entre vistas increíbles y pendientes nada despreciables.
Pistas donde lanzarse en trineo en los Alpes suizos
Algunas de las pistas donde probarlo son Champex, Grindelwald -la pista de trineo más larga de Europa, con 15 km. de recorrido- o Diablerets, en los Alpes de Vaud. En esta última pista, más ‘profesional’ que las dos anteriores, se pueden alquilar trineos dirigibles con frenos laterales (menos tradicionales pero más cómodos y manejables).
Respecto al precio, en Diablerets, por ejemplo, sale a 14CHF la subida en telesilla (unos 10 euros) y el alquiler del trineo durante 3 horas son 12CHF (9 euros).
¿Cómo llegar?
Desde el aeropuerto de Ginebra uno puede desplazarse en coche a las pistas de los Alpes de Vaud y Valais (Champex, Diablerets, etc). Para Grindelwald es mejor volar a Basel o a Zurich. Si no se dispone de coche propio o alquilado, también se puede utilizar la amplia red de trenes y autobuses suizos.
Finalmente, es altamente recomendable aprovechar para dormir en uno de los pueblos de cuento que inundan Suiza… Y los que quieran combinar una visita cultural-natural con las bajadas de trineo, un lugar perfecto donde hacerlo es el lago Lemán.