Nápoles es la cuna de la pizza tal y como la conocemos. Nació en el siglo XVIII en los barrios más pobres, pero pronto pasó a formar parte de las mesas de las familias más adineradas. Conforme escalaba en la sociedad fue sometida a los más diversos cambios y combinaciones de ingredientes, y así hasta hoy, donde la pizza juega en la primera división de las comidas internaciones y es degustada en todos los continentes.
En Nápoles mentar la pizza es casi hablar de religión, una con tantos practicantes como habitantes hay. Puede que la ciudad sea destartalada, un poco sucia y con zonas y personajes que es mejor no conocer, pero cualquier habitante conocerá un restaurante o tugurio para comer la mejor pizza del mundo. Y probablemente tendrá razón.
A diferencia de la costumbre española, donde la pizza cuantos más ingredientes tenga mejor pizza es, en los viajes a Italia se aprecia el gusto por lo simple. Una buena masa y 2 ó 3 ingredientes componen la pizza más apreciada, y los puristas te mirarán mal si te sales de ahí. A tal punto es llevada esta filosofía, que los locales más apreciados de pizza se limitan a 1 ó 2 variedades.
Nápoles no es una excepción a esta norma, y sus estrellas culinarias son la pizza Margarita y la Marinara. La primera es bien conocida, mientras que los ingredientes de esta última son extremadamente accesibles: aceite de oliva, tomate, orégano y ajo. Sólo se puede describir con una palabra: deliciosa.
Para conservar la esencia de la pizza napolitana, en 1984 se crea L’Associazione Verace Pizza Napoletana. Las grandes cadenas de comida rápida ya se habían apropiado del nombre, y los maestros pizzeros decidieron detallar los requisitos que debía cumplir la elaboración de una pizza para ser considerada una Vera Pizza Napoletana.
¿Cómo distinguir la Vera Pizza Napoletana?
Hoy en día este logotipo en la puerta de un restaurante es sinónimo de calidad y de sabor, y sólo se otorga a los locales que cumplen con los requisitos detallados en la fundación de la asociación. En cualquier caso, comer una pizza mala en Nápoles es complicado, y el que esto escribe ha comido muy buenas pizzas en locales sin acreditación oficial.
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