Kasbahs y el Valle del Draa en 4x4

Día 1. Ciudad de Origen – Marrakech
Salida en el vuelo de línea regular hacia Marrakech. Recepción en el aeropuerto y traslado al hotel. Cena (en función de la hora de llegada, ya que no estará incluida para llegadas posteriores a las 20.00 horas) y alojamiento.

(*) Para los pasajeros que opten por la opción de alojarse en riad la cena no estará incluida durante su estancia en la ciudad.

Día 2. Marrakech – Ouarzazate – Zagora
Desayuno. Iniciaremos la ruta de hoy cruzando el impresionante puerto de Tzn-Tichka, a unos 2.260 metros de altitud. Estas montañas de la cordillera del Atlas albergan, en sus pequeños poblados de adobe, la vida de sus habitantes beréberes con toda su dureza. En ruta visitaremos la kasbah de Ait Benhaddou, con unos juegos de luz tan magníficos, que fue elegida como escenario para numerosas películas, entre ellas Lawrence de Arabia y Té en el Sahara. Prueba de su nobleza es su pertenencia al Patrimonio Mundial de la UNESCO. Atravesando la ciudad de Ouarzazate, punto de partida de la ruta de los oasis, continuaremos por el valle del Draa, de casi 200 kilómetros de largo, que conserva toda su autenticidad. Los palmerales y los campos cultivados se suceden interrumpidos por la presencia de kasbahs y ksours de adobe; éstos a resguardo de sus murallas, albergan pueblos de arquitectura muy original con sus casas de tejados en terraza y con balaustradas decoradas con arcos. A media tarde llegaremos a Zagora, La Puerta del Desierto. Desde aquí los sardianos fueron conquistando el Souss en el siglo XVI, y luego todo Marruecos, antes de lanzarse a la gran aventura que les llevó hasta Tombuctú; de ahí el célebre cartel a Tombuctú 52 días en camello, que se encuentra al final de la calle principal, donde se encuentran la mayoría de los comercios. Cena y alojamiento.

Día 3. Zagora – Tazzarine – Alnif – Dunas de Merzouga
Desayuno. Después emprenderemos la ruta hacia Tazzarine. Justo antes de la población hay un espectacular desfiladero y un pequeño palmeral. Pasado Tazzarine se llega al pueblo-oasis de Alnif, en plena cuenca del Mader, una de las zonas más ricas en fósiles de Marruecos. Por la tarde nos dirigiremos hacia el Mar de Dunas de Merzouga (Erg Chebbi), donde se pueden encontrar dunas de hasta 250 metros de altura. En Merzouga la carretera se para, y nosotros con ella. Esculturas móviles, colores cambiantes, dunas de arena apiladas por el viento, altas como minaretes. Fascinante, grandioso e ilimitado, el desierto comienza una y otra vez donde la arena, el viento y el sol se unen para no engendrar otra cosa que el infinito. Contemplaremos uno de los mejores espectáculos que nos ofrece el desierto, un anochecer entre las dunas. Cena y alojamiento.

Día 4. Dunas de Merzouga – Rissani – Dunas de Merzouga
Desayuno. Visita al pueblo de Rissani. Esta localidad es atractiva tanto por su entorno como por su historia. Está considerada como la heredera de la mítica Sijilmassa, antigua capital del Tafilalet que llegó a contar con más de 100.000 habitantes. De esta esplendorosa ciudad sólo han llegado a nuestros días algunos vestigios cerca del oued Ziz. Rissani es ante todo una ciudad santa, la leyenda cuenta que en el siglo XII se produjo una tremenda sequía que asoló el Tafilalet y que los jefes locales pidieron a un descendiente de Mahoma, Hassan el Alaoui, que viniera de Arabia para ver si su influjo benéfico atraía a la lluvia, y así fue. De esta forma se instaló en el Tafilalet el antecesor de Mulay el Rachid, que daría origen en línea directa a la dinastía reinante en Marruecos. Finalizada la visita, regreso a las dunas. Al atardecer, realizaremos una excursión que se dirige hacia el interior del mar de arena, efectuando el recorrido a camello, y que permite pasar la noche entre las dunas. Cena y alojamiento.

Día 5. Dunas de Merzouga – Ruta de las Kasbahs – Kelaa M´Gouna
Desayuno y salida hacia el palmeral de Tinerhir. Llegada y visita entre los palmerales de las alcazabas (kasbahs) y sus jardines. Tinerhir está enclavada entre el Tafilalet y el Draa. Está construida en terrazas, coronada por una antigua kasbah del Glaoui y rodeada por una colina en un importante oasis del Todgha en el que además de un frondoso y palmeral, hay abundantes olivos, naranjos y otros árboles frutales. A sólo 15 kilómetros de esta localidad, al final de un denso valle con impresionantes palmerales y aldeas beréberes, se abre la magnífica Garganta del Todra, curioso fenómeno natural donde se levantan impresionantes desfiladeros que llegan a alcanzar los 300 metros de altura. Siempre bordeada por palmerales y jardines, la carretera conduce hasta las rosas, miles y miles de rosas que perfuman El Kelaa MGouna, la más bella de las rosaledas del valle donde, en el mes de mayo se celebra la fiesta de las rosas. Danzas y cabalgatas se suceden bajo una lluvia ininterrumpida de pétalos. Cena y alojamiento.

Día 6. Kelaa M´Gouna – Marrakech
Desayuno. Salida hacia Marrakech, atravesando de nuevo el puerto de Tzn Tizka, a unos 2.260 metros de altitud, el puerto de los pastos, el paso más alto de las carreteras de Marruecos. Aunque sometidas a vientos muy violentos, las altas praderas encaramadas sobre las vertientes del Alto Atlas sirven de pastos en verano. Llegada a última hora de la tarde. Cena y alojamiento.

(*) Para los pasajeros que opten por la opción de alojarse en riad, la cena no estará incluida durante su estancia en la ciudad.

Día 7. Kelaa M´Gouna – Marrakech
Desayuno. Día libre en la ciudad. Seductora como ninguna, su nombre originó el del país en el pasado. Los orígenes de la ciudad son oscuros, pero se acepta comúnmente que empezó siendo un campamento militar establecido por Abu Bekr, jefe almorávide, en 1070. Su sucesor, Yusef Ben Tachfin, es quien comienza la tarea de convertir el oasis primitivo en una capital digna de su imperio, que se extendía desde el Atlántico hasta Argelia y desde el Sahara hasta el Ebro. La conquista almohade hizo casi desaparecer las primeras construcciones, que fueron reemplazadas por otras, muchas de las cuales podemos admirar aún hoy: la majestuosa Koutoubia, torre gemela de la Giralda de Sevilla, sin olvidar su fabulosa plaza Jemaa El-Fna, declarada Patrimonio Cultural Universal por la UNESCO. Cena y alojamiento. 

Día 8. Marrakech – Ciudad de Origen
Desayuno. Tiempo libre hasta la hora acordada para el traslado al aeropuerto desde dónde tomaremos el vuelo regular que nos llevará de regreso a la Ciudad de Origen. Llegada. Fin del viaje y de nuestros servicios.