Ahora que se acerca el otoño y que empieza una de las mejores épocas para los viajes a China, vamos a recomendaros uno de esos platos calentitos y reconstitullentes que tan bien sientan cuando bajan las temperaturas. Estamos hablando de una experiencia slow food: hot pot en China.
Salvando las distancias culturales, el hot pot podría ser nuestro equivalente al cocido, aunque la forma de prepararlo es un poco distinta.
Para preparar el hot pot se emplea un caldero con sopa hirviendo en el que tú mismo vas cocinando lo que te apetezca para luego comerlo en el momento. Si habéis viajado a otros países de Asia, como Japón o Corea, quizás lo hayáis probado con los nombres de nabemono o jigae chongol.
¿Cómo se prepara el Hot Pot?
El proceso es muy sencillo. Primero se pide el tipo de sopa que te apetece y se pone a calentar. Hay restaurantes donde el caldero tiene varios compartimentos por lo que puedes pedir varios caldos. Este tipo de comida se suele calentar en hornillos que son controlados por el propio comensal.
Una vez la sopa está en ebullición es cuando toca introducir los alimentos en la sopa para cocinarlos a tu gusto. Se suelen meter verduras ya cortadas en trocitos, carnes de todo tipo, y también pescados y mariscos. La variedad es una de las cualidades más notables del hot pot.
Una vez consideras que el alimento está listo para comer, lo sacas del caldero con los palillos o con una cuchara y lo mojas en una de las muchas salsas que se preparan para acompañar los alimentos.
El hot pot, es la prueba de que el concepto de slow food también existe en China, ya que mientras se van cocinando y degustando los alimentos, los amigos o las familias aprovechan para beber, charlar y ponerse al día de todo, pues el proceso puede durar varias horas.
Si queréis probar el auténtico hot pot podéis reservar alguno de estos circuitos a China Seguro que os hacéis adictos a este tipo de cocina.