Hace más de 60 años el alpinista neozelandés Sir Edmund Hillary y el sherpa nepalí Tenzing Norgay alcanzaron por primera vez  la cima del Everest, el techo del mundo con 8.848 metros de altitud. Aquel 29 de mayo de 1953 se escribió una de las páginas más gloriosas de la historia del ser humano y de su constante afán de superación.
Ahora el alpinismo de alta montaña se ha popularizado bastante y es habitual ver noticias de expediciones a la conquista de alguno de los 14 ochomiles en los medios de comunicación. Sin embargo, la gesta de aquella expedición británica de hace seis décadas fue realmente titánica.
Se han escrito ríos de tinta sobre los 48 días que emplearon en culminar la ascensión, sobre todo de las últimas horas. Actualmente estamos acostumbrados a ver grupos de alpinistas bastante reducidos realizando viajes al Everest, pero en 1953 necesitaron el trabajo de 409 personas para que la expedición culminara con éxito.
Todo aquel romanticismo se ha perdido ya que más de 5.600 personas han hecho cumbre después de que hace 60 años Hillary y Norgay pusieran por primera vez un pie en la cima del Everest.

Viajes de trekking al Campo Base del Everest

base del Everest


No hace falta ser un alpinista de primer nivel para disfrutar de las vistas del Everest. En los últimos tiempos se han popularizado mucho los viajes de trekking al Campo Base del Everest, una experiencia inolvidable que permite vivir en primera persona cómo es la vida en alta montaña.
En este tipo de expediciones, cobra especial importancia la aclimatación a la altura, pues en muchos lugares del trekking se superan los 5.000 metros de altitud. En este sentido, es fundamental hacer una ascensión progresiva y responsable para evitar el temido mal de altura.
Cuanto más alto se asciende menos oxígeno hay en el aire y más tiempo necesitamos para adaptarnos a esas condiciones. Por ejemplo, en el Campo Base del Everest (que está emplazado a  5.357 metros de altitud) hay un 50% menos de oxígeno que al nivel del mar. No obstante, si se hacen las cosas bien y la aclimatación se hace bien, la experiencia es indescriptible.
Para sentir las mismas sensaciones que aquellos pioneros os recomedamos alguno de nuestros viajes a Nepal.
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Las foto utilizada en este post tiene una licencia Creative Commons y pertenece a Jody McIntyre.

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