Kapuscinski es, sin duda, uno de los escritores que más presentes tengo cuando viajo. Lo “descubrí” muy tarde, unos meses después de que muriera (23 de enero de 2007, 74 años) y tras la insistencia de una de las mentes que hay detrás de BuscoUnViaje.com, JR. Empecé con “Viajes con Heródoto” y después ya no pude parar…
Kapuscinski es, por definición, el viajero que se sumerge allá donde va, que se acerca a los habitantes del lugar para hablar con ellos y comprenderles de primera mano. Todos deberíamos ser un poco Kapuscinski cuando viajamos, ya que la única manera de volver a casa sintiendo que hemos aprendido algo es hablando con la gente que vive en el lugar que visitamos. Pero esta sección, Libros de Viaje, consiste en reseñar una obra literaria, así que dejaremos la filosofía de viaje de Kapuscinski para el día que me toque escribir otros consejos de viaje.
Para el que no haya leído a Kapuscinski, creo que el mejor libro con el que introducirse en su mundo es Ébano. Para mí no es su mejor libro, pero sí que es uno de los más amenos por la cantidad de “aventuras” que en él se narran. A través de la acción vamos descubriendo un continente que desconocemos, África, y antes de que nos demos cuenta estamos disfrutando más con las reflexiones de Kapuscinski que con los momentos de “acción”. Eso sí, cuando él y un amigo se lanzan con un bidón de gasolina sobre una enorme cobra, los pensamientos quedan a un lado…
Kapuscinski se ha quedado adormilado sobre un camastro de madera, fumándose un cigarrillo. Cuando lo va apagar, se da cuenta de que tiene una inmensa cobra debajo de donde él está tumbado. Si se mueve, la cobra le muerde y muere (el hospital más cercano está a un día de camino). Por tanto, la única salvación posible es matar a la cobra antes de que reaccione. Kapuscinski y su amigo Leo (que viajan juntos en todoterreno hacia Kampala para la celebración de la independencia de Uganda) deciden mediante susurros que a falta de armas, lo único que pueden hacer es tirarle un bidón de gasolina encima a la cobra, con la esperanza de chafarla…
“Leo, que era un hombre muy fuerte, cogió uno de ellos y, en silencio, empezó a caminar hacia la casa. La cobra no reaccionó; seguía inmóvil. Leo, sosteniendo el bidón por las asas, lo levantó y pareció quedarse a la expectativa. <…> Yo, tenso y preparado, seguía en el camastro sin mover un solo músculo. De repente, en una fracción de segundo, Leo se lanzó con todo su peso, y el del bidón, sobre la serpiente. Yo, a mi vez, en ese mismo momento me tiré sobre el cuerpo de mi compañero. Eran unos segundos en los que se decidía nuestra vida; lo sabíamos. <…>
“Nunca hubiera pensado que un animal pudiera poseer tanta fuerza. Una fuerza terrible, monstruosa y cósmica. Había creído que el borde del bidón cortaría el cuerpo del reptil sin ninguna dificultad, pero ¡qué va! No tardé en darme cuenta de que teníamos debajo de nosotros no una serpiente sino un muelle de acero que temblaba y vibraba, y que no había manera de doblar ni de romper. Enfurecida, la cobra pegaba unos golpes tan violentos contra el suelo que, al llenarse de polvo, la choza se volvió oscura. <….>”
La historia acabó bien (para Kapuscinski y su amigo, no para la cobra), de lo cual me alegro porque si no nunca hubiéramos podido leer las obras maestras que Kapuscinski siguió escribiendo durante el resto de su vida. Cada libro es diferente, incluso muy diferente, pero en todos se combina a la perfección el análisis profundo de lo que está ocurriendo en un lugar del mundo con lo que significa vivir allí. Por si alguien quiere leer a Kapuscinski y tiene más interés en unas zonas del mundo que en otras, enumero a continuación los libros “viajeros” de Kapuscinski que me he leído y los países que allí se describen:
- Ébano: un recorrido por África, con lo bueno, lo malo y lo sorprendente (y los golpes de estado, las proclamaciones de independencia, …)
- Viajes con Heródoto: una fusión entre Heródoto y los viajes de Kapuscinski: la India, China, Argelia, Tanzania, …
- El Imperio: la Unión Soviética entre 1939 y 1967, y 1989 y 1991, dos épocas moviditas…
- El Emperador: Etiopía y su emperador Haile Selassie, a través de las declaraciones de ex-trabajadores del palacio.
- La jungla polaca: Kapuscinski sobre su propio país durante una época en la que le prohibieron salir al extranjero.
- El Sha: Irán, para los que quieren entender cómo llegaron los Ayatolahs al poder.
- Un día más con vida: Angola. La imagen de los barcos cargados de muebles quedará para siempre grabada en tu mente.
Y para los que les gusta viajar con la mente: El mundo de hoy, Encuentro con el otro, Los cínicos no sirven para este oficio y Lapidarium IV.
Nota 1: esta entrada no nos impedirá dedicar futuras reseñas de esta sección a libros concretos de Kapuscinski
Nota 2: no admito comentarios sobre el libro recientemente aparecido donde se critica a Kapuscinski. Si alguien tenía alguna crítica, que la hubiera hecho cuando el autor vivía, para que pudiera rebatirla, aceptarla o matizarla.
[…] ya comenté en una anterior entrada sobre Kapuscinski de nuestra sección de libros de viaje, el periodista polaco es mi ídolo como viajero y forma de […]
[…] días estoy leyendo “Ébano” de Ryszard Kapuściński. En uno de los capítulos, se relata un viaje desde Dar es Salam (Tanzania) hasta el Kilimanjaro, […]
Hola, felicidades por el post
Sin duda Kapuscinski es un maestro y grande
Yo también soy un gran admirador de su obra y del legado que nos ha dejado
Un saludo
[…] como John Le Carre, lo consideran como “un enviado de Dios”, otros como Ra y Mon, escritor de buscounviaje.com, lo definen como “el viajero que se sumerge allá donde va, que se acerca a los habitantes del […]
Totalmente de acuerdo, su lectura supone una descarga de veneno viajero. Me encanta su forma de entender el periodismo como el roce con gentes, culturas y personas. Sin duda, un grande.
Gracias por vuestros comentarios, todos hemos aprendido muchísimo del maestro.