India Dravida, el sur

India Dravida, el sur Este viaje en grupo a la India del sur propone un recorrido excitante por los distintos estados que conforman el Sur de la India, por todo aquel territorio comprendido entre los ghats orientales y occidentales, sistemas que recorren el subcontinente de norte a sur, entre los que se extiende la inmensa meseta del Deccan. Por su peculiar naturaleza geológica estas montañas alternan franjas de piedra de distinta dureza que favorecieron el asentamiento y la prosperidad de unas culturas singulares y espectaculares que resumen por sí mismas la historia de las religiones, el arte y las filosofías de la India antigua. Si las obras de aquellas culturas, como los templos de Belur o Halebid, o el inmenso Tirtankara de Sravanabelalgola, en sí mismos son verdaderos tesoros arqueológicos, no lo son menos los lugares en los que están enclavados, porque, según las filosofías indias tradicionales, debe darse una conjunción total entre el hombre y el entorno, entre la condición humana y la Naturaleza, con mayúsculas. Esta unión indisoluble entre materia y espíritu conduce a una simbiosis entre los hombres y los templos, las grutas, los acantilados, las montañas… Pero no todo es cultura en este viaje, sino que por el hecho de discurrir por una India exuberante y profunda, el contacto con los distintos grupos que pueblan estas regiones se convierte en una experiencia humana y enriquecedora. Son gentes que aún conservan el encanto y la calidez de los primitivos pobladores, que mantienen los ritos ancestrales de unas religiones vivas, como se puede ver en los templos de Madurai, Tanjore, o en cada uno de los miles de santuarios singulares repartidos a lo largo y ancho de su geografía. El final del recorrido marca la diferencia: por un lado el gran contraste entre la vida rural y la aglomeración urbana de las grandes ciudades, apasionantes, ruidosas y caóticas en las que millones de personas se arraciman dibujando un panorama sombrío de las ciudades del presente y las del futuro, y por el otro, pese a la precariedad de su existencia siguen siendo gentes cálidas y acogedoras.