La Ruta del Oro. Descenso del Yukón
Disfruta delrecorrido a pie del Chilkoot Trail y ascenso del mítico Chilkoot Pass, vuelo en hidroavión y descenso del Río Yukón en canoa hasta Dawson City: 800 kilómetros de ruta entre Alaska y Canadá por un territorio que no ha cambiado mucho desde los tiempos de la fiebre del oro y donde aún podremos ver alces, osos, carneros de Dall o castores. El escritor Javier Reverte realizó esta ruta con nosotros en 2006 acompañado de nuestro guía Jaime Barrallo y narró su aventura en el libro "EL RIO DE LA LUZ".
En agosto del 1896 tres buscadores de oro encontraron un filón en un lugar de Alaska llamado Bonanza Creek, cerca de la ciudad de Dawson, que supuso el comienzo de la mayor Fiebre del Oro de la historia. Pronto, más de 100.000 personas se lanzaron desde Skagway (actualmente en Estados Unidos) hasta Dawson, en Canadá, recorriendo a pie y en canoa más de800 kilómetros de una tierra salvaje en pos del preciado tesoro.
La imagen de una hilera interminable de sufridos porteadores atravesando el paso Chilkoot cubierto de nieve (hoy declarado Parque histórico nacional de Canadá) forma parte de la memoria visual de todo aventurero que haya soñado con Alaska. Los cientos de libros y películas sobre la gesta del oro y el río Yukón, son bien conocidos por los amantes del “Gran Norte”.
Este viaje recrea la épica de aquellos días recorriendo el Chilkoot Traily su famoso White Pass antes de tomar un hidroavión que nos llevará desde Benet hastaWhitehorse, donde acometeremos el descenso del Yukón: 800 kilómetros con una corriente de hasta 12 km/h a favor que nos ayudará a conseguir etapas de entre 70 y 90 kilómetros diarios hasta llegar a la encantadora ciudad de Dawson.
Un siglo después del “Gold Rush”, el territorio del Yukón no ha cambiado mucho, además de los mismos alces, osos, algunas construcciones de la época están en pie a lo largo de la ruta: durante más de dos semanas podrás vivir una aventura que tal vez pensabas sólo posible en los sueños y en los relatos de Jack London, que de joven se unió a un viaje hacia el Klondike. En uno de sus relatos, “Los buscadores de oro del norte”, London explica la vida de los primeros mineros que llegaron al Yukón: “En su incesante búsqueda del tesoro amarillo cruzaron la tierra en todas las direcciones y exploraron innumerables ríos desconocidos en canoas de corteza. Con raquetas de nieve y perros abrieron caminos por miles de millas de silencio blanco, donde nunca antes había andado un hombre blanco, avanzando difícilmente bajo el sol de medianoche".