¿Qué ver en Irán?

Lo que tienes que hacer y ver en Irán

• Teheran es una de esas ciudades en las que el ritmo frenético que se respira contrasta directamente con un mundo paralelo en el que no cuesta deshacerse del reloj mientras nos dejamos seducir por sus múltiples atractivos. A pesar de ser una gran metrópoli, zonas como la del centro histórico, dominada por un gran bazar, transporta al viajero a un tiempo de artesanos y grandes comerciantes , una sensación que se ve reforzada por la cantidad de puestos y talleres que conforman las callejuelas del barrio histórico. Acercarse a construcciones como la mezquita Shahid Motahari o el denominado Palacio Blanco ayudarán al visitante a comprender la dimensión real de la capital iraní, considerada uno de los territorios habitados más antiguos del mundo.

• Pero no podemos disociar la historia, de uno de los puntos más populares de Irán: la mítica y legendaria Persépolis. Sin duda, constituye uno de los lugares obligados que ver en Irán, sobre todo para el amante de los grandes complejos y vestigios de antiguas civilizaciones. Situada en la provincia de Fars, la ciudad de Persépolis fue construida en el 512 a.C para convertirse más tarde en la capital del Imperio persa. Declarada Patrimonio de la Humanidad, pueden visitarse las ruinas de construcciones tan fascinantes como la conocida sala de las cien columnas o la puerta de Jerjes, que permanece cubierta de inscripciones en lenguas antiguas.

• Los montes Elburz y Zagros representan un soplo de aire fresco entre un territorio tan árido como es el iraní. Merecerá la pena realizar una travesía por algunos de sus más hermosos rincones, donde las plantaciones de té, los arrozales en terrazas y el cultivo del trigo, el algodón o el tabaco constituyen una de las estampas más habituales de estos parajes. Entre sus cimas, que alcanzan más de 3.000 y 4.000 metros de altitud, se podrá practicar (en invierno) el esquí, el deporte más popular de Irán.

• Adentrarse en la impresionante herencia cultural de Irán es tan fácil como viajar a Shiraz, la conocida ciudad de la poesía, el vino, las rosas y las luciérnagas. De ambiente mucho más relajado que Teherán, en Shiraz podrán visitarse increíbles mezquitas, extensos jardines y palacios y mausoleos como el de sha Cheragh, un importante centro de peregrinación para los musulmanes chiitas.

• La ciudad de Bam es otro de los puntos que todo viajero tiene que ver en Irán. Su centro neurálgico fue, hasta el 2003 -año en que un terremoto sacudió la región- la ciudadela homónima, considerada la mayor construcción en adobe del mundo. Situada en la histórica Ruta de la Seda, se tiene constancia de que fue levantada antes del año 500 a.C, llegando a ser habitada hasta mediados del siglo XIX. Constituida como una gran fortaleza, Bam fue incluso declarada Patrimonio de la Humanidad, un tesoro arquitectónico que fue prácticamente derruido en su totalidad. Sin embargo, el estado ya se encuentra estudiando la posibilidad de volverla a reconstruir, aunque antes se han de valorar el coste total de las obras.

• Por último, y aunque algo alejada de Teherán (a unos 350 kilómetros) una ciudad que el viajero no debería perderse es Isfahán, considerada como una de las más bellas de todo el continente asiático. Con una población de un millón y medio de habitantes (nada que ver con los más de 8 millones de Teherán), Isfahán es conocida por la monumental plaza de Naghsh-i Jahan, una de las más grandes del mundo, y el Puente de Sio Seh Pol, uno de los mayores símbolos de la arquitectura islámica en Isfahán.