La playa del Monsul en el parque natural del Cabo de Gata. Aunque toda la región es espectacular y merece la pena tanto para tomar el sol y bañarse como para adentrarse en el interior, esta playa es una de las más bellas y tranquilas.
Buscar las calas de los alrededores de Mojácar. El esfuerzo de llegar a ellas, en ocasiones es necesario andar un buen rato, se verá recompensado por la tranquilidad que se respirará durante el día haciéndonos olvidar que estamos en el mediterráneo español, una de las zonas turísticas costeras más masificadas del mundo.
Salir por la noche en Roquetas a tomar una copa y disfrutar del animado ambiente. Además, esta localidad almeriense es el lugar perfecto para tapear y disfrutar de las tradicionales recetas de comida andaluza: caracoles, calamares a la plancha, ensaladillas, migas o morcillas.
Fotografiar los espectaculares faros de la provincia de Almería. El del cabo de Gata tiene a sus pies el arrecife de las sirenas que le da un toque aún más enigmático y bello.
Bucear en la Isla de San Andrés, frente a Carboneras. Sus fondos están casi intactos gracias a la protección de la zona.
Aunque el mayor atractivo de la costa de Almería son sus playas, también se pueden encontrar un buen número de iglesias y edificios de interés arquitectónico en varias localidades.
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