¿Qué ver en Svalbard?

Lo que tienes que hacer y ver en Svalbard

• Sin duda, la gran estrella del viaje a Svalbard son los impresionantes paisajes. Sus glaciares, sus gigantescas extensiones de desierto helado sus fiordos y sus montañas congeladas son capaces de dejar boquiabierto al viajero más experimentado. En verano, la tundra ártica aflora desde debajo del hielo, cambiando totalmente el paisaje.

• Svalbard es un lugar privilegiado para la observación de animales. Las condiciones climáticas locales han permitido que algunas especies se hayan desarrollado extremadamente bien en la zona. Entre ellas, podríamos destacar el zorro ártico, el reno, varias familias de aves, la focas y, sobre todo, el impresionante oso polar.

• Más allá de la contemplación paisajística y faunística, la mayoría de especialistas en este destino ofrecen la posibilidad de realizar actividades interesantes, como las grandes travesías en esquí, en moto de nieve o en trineo tirado por perros.

• Palear a bordo de un kayak en la aguas circundantes, que no suelen helarse gracias a la calidez de la Corriente del Golfo, es una experiencia absolutamente impresionante. Otra opción en el agua es realizar un pequeño crucero (en barco o lancha) para observar de cerca a las ballenas blancas locales.

• Conocer alguno de los principales asentamientos de la zona, como Longyearbyen (la capital) y comprobar de primera mano cómo se vive en algunas de las ciudades más septentrionales del planeta.

• Visitar algunas antiguas explotaciones mineras hoy abandonadas (como la Mina 3) para descubrir cómo vivían los habitantes de Svalbard hace algunos años.

• Aunque entrar es muy complicado, siempre es interesante acercarse a la entrada del almacén global de semillas que hay cerca de Longyearbyen. Conocido como "el Búnker del Fin del Mundo", este refugio subterráneo preserva millones de semillas procedentes de todo el mundo.