Viajes a Camino de Santiago

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La mítica ruta de peregrinos del Camino de Santiago recorre toda Europa Occidental a través de diferentes ramales y una vez en España atraviesa Aragón, Navarra, La Rioja y Castilla y León en su versión central, o por el norte País Vasco, Cantabria, Asturias, finalizando en todos los casos en la deseada Santiago de Compostela. Los peregrinos que caminan por sus caminos llegan de todo el mundo atraídos por el misticismo implícito en la ruta pero también por los paisajes naturales y la vida rural de estas regiones de España. Tras unos años en los que la tradición pareció perderse, los viajes al Camino de Santiago vuelven a ser realizados por decenas de millares de peregrinos, como sucedía en la Edad Media.

Este trayecto, para cualquiera que lo realice, supone ser un viaje de introspección personal y contacto directo con la naturaleza. Muchos lo hacen tras un bache personal, descubriendo de nuevo el increíble trasfondo de humanidad que llena el camino; otros simplemente por disfrutar del caminar porque sí, del lugar, de sus increíbles paisajes, y aprovechar para degustar su rica gastronomía. Te embarques en el estado que sea, tendrás la oportunidad de conocer personas de diferentes culturas, religiones, idiomas… y todo el esfuerzo que supone caminar durante horas con ampollas en los pies, valdrá la pena al pisar Santiago. Eso sí, recomendamos que para que se haga más liviana la caminata, se coja el mínimo peso posible, se cuiden los pies con calzado cómodo y vaselina, y se reserve albergue (sobre todo al viajar en verano).

Aunque es cierto que viajar por el Camino de Santiago en los meses de julio y agosto puede resultar más pesado de lo normal, resulta conveniente madrugar para evitar las horas de sol más intenso. Igualmente, la experiencia sigue siendo fascinante si se toman otros caminos diferentes al Francés, como por ejemplo el Camino Portugués, la Vía de la Plata o el Camino de la Costa. Cualquiera de ellos te dejará el regusto de querer volverlo a hacer.