Viajes a Galicia

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Su ubicación no ayuda y el clima de gran parte de su territorio tampoco. Está alejada, en el extremo noroeste de la península, lejos de cualquier frontera con otro país, a mucha distancia de las dos o tres principales ciudades españolas. Y sin embargo, la comunidad gallega despierta un interés que nada ha de envidiar al de otras zonas de España. Sobran motivos. Los viajes a Galicia son tan intensos, cargados de atractivos fascinantes, de afables villas, de naturaleza desbordante y de una historia que hechiza, que es imposible no considerarla como una de las comunidades más bellas de España y, sin ánimo de mostrar exageración, de Europa.

Pocos territorios albergan tanta magia como Galicia. En su Estatuto de Autonomía, se reconoce como una nacionalidad histórica y, a decir verdad, la singularidad y particularidades de Galicia son tan notorias que no resulta aventurado afirmar que se trata de un destino independiente de todo lo que lo rodea. El mar Cantábrico y el océano Atlántico le bastan para erigirse como una región única, con una historia que se remonta a épocas prerromanas y cuyas huellas todavía hoy pueden admirarse en los viajes a Galicia.

Tierra fértil, eterna, de escarpados acantilados en la costa y rica vegetación en el interior. Los que realicen viajes a Galicia regresarán de allí creyendo que no hay lugar más bonito para vivir que éste. Mística, hechicera, seductora, la comunidad gallega es una sucesión de rincones que dejan sin aliento al viajero, enclaves donde lo tradicional impera y en los que, misteriosamente, uno siempre se siente como en casa. Desde ciudades como Santiago de Compostela hasta pintorescas villas rurales del interior de Galicia: por muchos viajes que se emprendan da la sensación de que nunca nadie podrá conocer la totalidad de la geografía gallega. Como inconveniente (y según como se mire no lo es porque sin él Galicia no sería Galicia), cabe mencionar que el clima lluvioso a veces puede resultar algo molesto al viajero. Nada que un paraguas no solucione.